Botulismo. Causas, Síntomas y Tratamiento
El botulismo es una intoxicación alimentaria producida por la toxina del Clostridium botulinum; afecta tanto al organismo humano como al de muchos animales. Se caracteriza por la aparición de trastornos neurológicos y colapso.
El botulismo se describió por primera vez en Alemania, hace unos 200 años, en individuos que habían comido salchichas contaminadas. A partir de entonces se han observado brotes de esta enfermedad, especialmente en los EE.UU., a raíz de comer alimentos enlatados cuya preparación había sido deficiente.
El botulismo depende exclusivamente de la acción de la toxina formada por el bacilo botulínica, la más activa de todas las toxinas conocidas (la ingestión de 1/120 mg es mortal para el hombre).
La ingestión del bacilo es en sí innocua, pues éste no produce toxina en el aparato digestivo. La toxina botulínica es una proteína resistente a la digestión; de la toxina que se ingiere sólo una pequeña parte es absorbida, pero esto resulta suficiente para producir la enfermedad.
El germen es capaz de proliferar y elaborar toxina cuando contamina vegetales, frutas, pescados, carnes, quesos, sean enlatados o en conserva, y también, como recientemente se ha demostrado, cuando contamina heridas profundas con irrigación sanguínea deficiente (el Clostridium botulinum es un germen anaerobio estricto).
Infectado de botulismo
La toxina botulínica actúa a nivel de las uniones musculares-nerviosas de los nervios motores somáticos, y en las sinapsis de los nervios eferentes del parasimpático, bloqueando la transmisión de los impulsos nerviosos a lo largo de estas vías. No tiene ningún efecto nocivo sobre el sistema nervioso central.
Síntomas del Botulismo
Tras la ingestión de la toxina existe un período de incubación o de latencia, carente de sintomatología, que suele durar entre 12 y 36 horas, pasado el cual el paciente empieza a experimentar fatiga, astenia, cefaleas y desvanecimiento.
Durante todo el curso clínico el enfermo se halla consciente, afebríl (a no ser que existan infecciones secundarias), con trastornos de la secreción de las glándulas sudoríparas, salivales y lacrimales (hipersecrecíón al principio, e inhibición de la función posteriormente).
Las manifestaciones fundamentales de la enfermedad dependen de las lesiones en el sistema nervioso periférico, en especial de los nervios craneales (disfagia, disartria, midriasis, diplopía, parálisis facial, etc.), y también debilidad progresiva de los miembros, de los músculos intercostales y del diafragma, lo que motiva una disminución de la ventilación pulmonar.
El diagnóstico del botulismo se establece fundamentalmente al identificar la toxina botulínica en los alimentos o en el organismo del individuo afecto, lo que se consigue inoculando a ratones una suspensión salina preparada con la muestra sospechosa; en caso de que exista la toxina botulínica el animal queda paralizado, lo que no ocurre en otro lote de ratones a los que también se ha inoculado dicha suspensión y que anteriormente habían sido inmunizados con antisuero específico.
Tratamiento de la enfermedad
La profilaxis del botulismo es de fundamental importancia dada la gravedad de esta afección.
En la actualidad la principal fuente de contagio procede de conservas domésticas, ya que las empresas comerciales dedicadas a las conservas y enlatados conocen perfectamente los peligros del botulismo.
Es frecuente observar la presencia de gas al abrir los recipientes que contienen alimentos contaminados; éstos suelen presentar un color pálido y un olor a rancio. Estas características no son constantes, por lo que una manera de prevenir esta enfermedad es hervir durante 10 minutos todo alimento en conserva preparado en casa.
El tratamiento del botulismo dentro de la medicina consiste en la administración de una dosis total de 100.000 u. de antitoxina por vía intravenosa.
Es muy importante que se administre en el menor lapso de tiempo posible, debido a que la antitoxina sólo tiene acción neutralizadora sobre la toxina que aún no se ha fijado en las uniones neuromusculares.
Asimismo deben ser tratadas convenientemente todas las complicaciones que puedan sobrevenir a lo largo del proceso.